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Hace ahora cuatro años presentaba por última vez un libro de poesía. El segundo. El quinto, o sexto, quizás, que había escrito a bocajarro, dejando martillear las teclas del ordenador en la insistente persistencia de un dolor. Corriendo, sin saberlo, delante de la tristeza. Los libros me habían costado un desamor y una desazón, la de la infancia, que era un ultraje a la memoria de la infancia desde el inmerecido ajuste de cuentas: una impresión imprevisible consecuencia de horas de escritura con el martilleante dictado de un dolor, casi una penitencia, en unos dedos. Los dos primeros libros fueron, así, un milagro contra el olvido, pero también un sano tránsito desde la nostalgia a la esperanza: la única lección que todavía persiste en la belleza formal de la poesía.

La política todavía me ha dejado tiempo para rayar cuadernos a la velocidad de la lágrima, para imprimirlos de recuerdos precisos, que nunca naufraguen ante la memoria, o para endulzarlos de la privilegiada vivencia del servicio público, sus conocimientos y los personajes que pasan por estos días. Un rincón de placer, da igual si en una reunión eterna o en las tardes de despacho vacío, donde aún suspiro por replicar ante la pantalla lo que los cuadernos han borrado por miedo al fracaso.

Siento ese mismo miedo como sentía la tristeza que me atrapaba si olvidaba correr. Correr ante ella. Siempre. Pero hoy es un vértigo feliz desde que Ediciones Vitruvio contestó afirmativamente a mi petición, me envió el contrato de edición y pactamos un trayecto inédito por la poesía en castellano que trata, desde las mismas aristas intactas de mi geometría, otros hechizos de vivir que, a diferencia de los libros anteriores, no son melancólicos ni tampoco tristes. El viernes abro con felicidad, y los  mismos nervios (ay, los nervios) la página de mi nuevo libro para que me acompañéis en el mismo trayecto de la poesía. De la nostalgia hacia la esperanza. Donde nos esperan, intactas, las convicciones que nos mueven, las pasiones que nos unen y las razones de esta Geometría del hechizo.

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